miércoles, 12 de febrero de 2014

Semana Santa: ¿Devoción o Idolatría?

“Lumen fidei” (La luz de la fe) es la primera encíclica firmada por el Papa Francisco. Dividida en cuatro capítulos, una introducción y una conclusión, la carta se suma a las encíclicas del Papa Benedicto XVI sobre la caridad y la esperanza y asume el "valioso trabajo" realizado por el Papa emérito, que ya había "prácticamente completado" la encíclica sobre la fe. A esta "primera redacción" el Santo Padre Francisco agregó "algunas aportaciones".

Leyendo la citada encíclica nos ha llamado la atención la referencia que se hace a la Idolatría donde en el punto 13, haciendo referencia a la fe de Israel, nos dice:

"Por otro lado, la historia de Israel también nos permite ver cómo el pueblo ha caído tantas veces en la tentación de la incredulidad. Aquí, lo contrario de la fe se manifiesta como idolatría. Mientras Moisés habla con Dios en el Sinai, el pueblo no soporta el misterio del rostro oculto de Dios, no aguanta el tiempo de espera. La fe, por su propia naturaleza, requiere renunciar a la posesión inmediata que parece ofrecer la visión, es una invitación a abrirse a la fuente de la luz, respetando el misterio propio de un Rostro, que quiere revelarse personalmente y en el momento oportuno. Martín Buber citaba esta definición de idolatría del rabino de Kock: se da idolatría cuando «un rostro se dirige reveréntemente a un rostro que no es un rostro». En lugar de tener fe en Dios, se prefiere adorar al ídolo, cuyo rostro se puede mirar, cuyo origen es conocido, porque lo hemos hecho nosotros. Ante el ídolo, no hay riesgo de una llamada que haga salir de las propias seguridades, porque los ídolos «tienen boca y no hablan» (Sal 115,5). Vemos entonces que el ídolo es un pretexto para ponerse a sí mismo en el centro de la realidad, adorando la obra de las propias manos. Perdida la orientación fundamental que da unidad a su existencia, el hombre se disgrega en la multiplicidad de sus deseos; negándose a esperar el tiempo de la promesa, se desintegra en los múltiples instantes de su historia. Por eso, la idolatría es siempre politeísta, ir sin meta alguna de un señor a otro. La idolatría no presenta un camino, sino una multitud de senderos, que no llevan a ninguna parte, y forman más bien un laberinto. Quien no quiere fiarse de Dios se ve obligado a escuchar las voces de tantos ídolos que le gritan: «Fíate de mí». La fe, en cuanto asociada a la conversión, es lo opuesto a la idolatría; es separación de los ídolos para volver al Dios vivo, mediante un encuentro personal. Creer significa confiarse a un amor misericordioso, que siempre acoge y perdona, que sostiene y orienta la existencia, que se manifiesta poderoso en su capacidad de enderezar lo torcido de nuestra historia. La fe consiste en la disponibilidad para dejarse transformar una y otra vez por la llamada de Dios. He aquí la paradoja: en el continuo volverse al Señor, el hombre encuentra un camino seguro, que lo libera de la dispersión a que le someten los ídolos".

Pero ¿que es idolatría?. Idolatría es rendir culto a los ídolos, como representaciones de un ser superior, y falsas divinidades. La forma materialista de la idolatría consiste en identificar la divinidad con el ídolo. En nuestro caso creer que las imágenes que procesionamos son el mismo Jesucristo o la Santísima Virgen.

Y nosotros nos preguntamos: ¿tenemos esto claro los cofrades? ¿adoramos o veneramos a nuestros titulares?, cuándo rezamos ante una imagen, ¿comprendemos que rezamos ante una representación de Cristo o de la Virgen o pensamos que hacemos ante ellos mismos?. Aquí queríamos llegar. Sin pretender crear polémica ni herir susceptibilidades, ya que nunca es esa nuestra intención, si lo es invitar a la reflexión sobre el sentido real de la Semana Santa.

Cuando llega la Semana Santa las iglesias se llenan, los corazones de los cofrades se inflaman de emociones y sentimientos cuando portan a su Cristo, su Virgen, portan su luz o simplemente ven pasar por delante una imagen doliente de Cristo o un bonito palio cobijando una bonita dolorosa. No dudamos que habrá cofrades que tengan todo esto claro, pero pensamos que otros no tanto y a ellos va encaminada esta reflexión.

La conmemoración de la Semana Santa no es otra cosa que un medio mediante el cual se enseñaba al pueblo el Evangelio a través de las imágenes. Por lo tanto no debemos confundir estas imágenes, de madera o escayola talladas por un escultor el cual le ha configurado un rostro hermoso que pueda gustarnos más o menos y que nos lleve a tener más devoción a una imagen o a otra, con el mismo Cristo.

Queremos volver a dejar claro que no pretendemos criticar ni ofender a todas esas personas que emocionan al ver a su Cristo o a su Virgen, todo lo contrario, es más compartimos ese sentimiento que sentimos todos los cofrades cuando vemos un paso bien "arreglao", con su banda, su cuerpo de acólitos, el olor a incienso... Lo que pretendemos es hacer caer en la cuenta que cuando entremos en una iglesia lo hagamos teniendo claro que lo más importante que hay no es ese cristo o esa virgen de turno, sino el SANTÍSIMO, ahí donde se encuentra Cristo realmente, y no en una imagen.

Solo teniendo todo esto claro seremos verdaderos cofrades y daremos un sentido real a la Semana Santa de otra manera seremos meros idólatras sin sentido.

Alcalá Cofrade

4 comentarios:

  1. Fundamentalmente, creo que todas las organizaciones religiosas deberían tener la misma oportunidad de poder exhibir-se, durante dos o tres días por la plaza de Cerbantes y sus alrededores, al igual que los "católicos" .
    En Alcalá hay ya muchas y variadas organizaciones religiosas, de tal manera que si cada una de ellas ejerciera este mismo derecho, estaríamos todo el año viendo celebraciones públicas religiosas.

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    1. ¿No le parece que está emitiendo una opinión personal desde un blog que pertenece a una Asociación de Vecinos que no creo que todos piensen igual que usted? Igual hay algún católico, o lo que es peor, de los que les gusta exhibir-se por la plaza de Cer"b"antes

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  2. No entendemos muy bien lo que quiere decir, aunque de sus palabras entendemos emana algo de resquemor hacía los "católicos". Creo que todas las "organizaciones religiosas", como usted las llama, tienen las mismas oportunidades pero también tiene que entender que España, pese a quien pese, es mayoritariamente católica y nos gusta ejercer nuestro "derecho" y "exhibir-nos" por la plaza de CerVantes, o como nosotros pensamos, hacer catequesis en la calle con nuestra cultura y nuestra manera de entender la fe.

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  3. Gran articulo, muy necesario para algunos...

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